Y es que el año ha empezado cargado de ilusión, como empiezan siempre pero un poco más esta vez, con algo muy emocionante que si todo va bien tenemos que disfrutar en verano. Hasta ahí todo normal, pero el lunes nos dijeron que no era «algo» si no «algos». Un par de criaturitas que vendrán a llenar de alegría nuestras vidas.
Todo es alegría y felicidad, muy contenida por el pasado reciente pero alegría, pero claro, no puedes evitar pensar por momentos en que van a ser unos meses maravillosos y durísimos. Los disfrutaremos hasta en lo malo, en el cansancio, en el sueño, en todo lo que conlleva un bebé multiplicado por (o elevado) dos.
El resumen es una felicidad total, un miedo atroz y una esperanza sin límite para que todo vaya bien esta vez. En julio tendremos el veredicto, mientras tanto disfrutaremos del camino.
viviendo para contarlo 
Muchas felicidades, aunque… ¿seguro que sabéis dónde os metéis?
Es genial, de verdad y os va a cambiar la vida y el sueño, pañales, líos, intranquilidades… compensa cada día.
Un beso enorme
Gracias 🙂
Lo bueno y lo malo de esto es que no hay opción a pensárselo, sólo a mirar hacia el futuro con una sonrisa.
Después de este verano se acabarán los partidos de basket y muchas cosas del tiempo libre pero te puedo asegurar que estaré encantado de perder esa parcela.
Otro besazo para ti.
Luego se recupera, a ratos, pero tampoco se echa en falta. Primero porque el cansancio no deja sitio para más y luego porque otras cosas lo han ido sustituyendo. Y realmente se recupera, tras los dos primeros años uno ya está organizado y listo.
Además, tienes hasta el verano para irnos haciendo tus crónicas.
Besos
Ya, lo tengo claro. Ya disfruto desde hace tiempo de lo que es el día a día con un pequeñajo, esto sólo es una ampliación de plantilla. De cansancio y falta de sueño te puedo escribir un libro… mira, igual lo hago. Gracias por los consejos… y por visitarme.
Besos.