Entrada 101 del blog, la 100 la gasté en patalear contra algo que me toca la fibra y la 101 va de alegrías deportivas.
30 jornadas han hecho falta para conseguir encadenar tres victorias consecutivas. 30 jornadas en las que hemos sido completamente incapaces de mostrar consistencia y continuidad en nuestro juego, incapaces de mostrar una personalidad que poco a poco se va plasmando en la pista. Hemos conseguido llenar de intensidad los 40 minutos que dura el partido, creer en nosotros mismos, apretar los dientes en defensa y dejar a todos los rivales en una anotación veinte puntos por debajo de la habitual.
El trigésimo partido tenía un sabor especial, podíamos encadenar tres victorias consecutivas y había cuentas pendientes con el rival por el arbitraje del partido de ida. Durante la semana el ambiente se iba caldeando en el equipo y todos teníamos clarísimo que este partido había que ganarlo. A la hora de entrenar no se reflejó tanto entusiasmo y fuimos a entrenar los cinco habituales, con lo que tampoco dio para mucho el entrenamiento.
El domingo madrugón, el antepenúltimo de la temporada, para estar bien despiertos desde el salto inicial. Calentamiento intenso y muchas ganas de empezar durante esos minutos.
Las 10 y el balón al aire, empieza el primer cuarto y el balón cae del lado contrario pero una primera defensa impide que nos anoten. Ataque y canasta trabajada. De nuevo otra defensa intensa y un rebote los deja a cero. Así se sucedieron los diez primeros minutos de partido y casi se podría decir que los diez siguientes. Una gran defensa que conseguía dejar en 13 puntos a los contrarios en 20 minutos y a eso había que sumarle el buen criterio en ataque durante gran parte de esa mitad.
Un descanso que se hace eterno nos enfría y comienza el tercer cuarto con una de esas desapariciones tan nuestras. Pese a todo conseguimos salvar los muebles y minimizar los daños, un tanteo ridículo que nos mantiene con cierto margen en el marcador.
Y comienza el último cuarto con el otro equipo creyendo en la remontada y nosotros aferrándonos a los puntos que habíamos conseguido de colchón. Los minutos iban pasando y la renta disminuía de forma lenta pero constante. A falta de dos minutos sólo dos puntos. Un triple suyo y nos ponía por detrás en el marcador por primera vez en todo el partido, el momento que nos había atenazado durante esos minutos había llegado, perder el partido pasaba de ser una posibilidad a una realidad. En ese momento, en vez de venirnos abajo mantuvimos la cabeza fría, habíamos sido capaces de ganar ese partido por más de diez puntos, sólo había que volver a ponerse las pilas en ataque y mantener la intensidad en defensa. El partido se fue trabando más y más y cada ataque era una auténtica batalla para ganar la posición o coger el rebote. Los tiros libres se sucedían y nos mantenían por delante en el marcador pero mínimamente.
Último minuto y el partido en un puño, ataque nuestro y canasta que nos ponía por delante. Ataque de ellos y una buena defensa nos mantenía arriba en el marcador. Nuevo ataque y dos tiros libres anotados, el reloj apenas se había movido y aún quedaban treinta segundos, un mundo. Ataque del rival y canasta que los colocaba a un punto. Presión a toda la pista y 28 segundos… pase, pase, pase y canasta!!! Tres arriba y dieciséis segundos por disputarse. Ataque saldado con canasta y de nuevo a un punto pero con un par de pases se rompe la presión y VICTORIA!!
Los nervios del banquillo explotan en un grito y un enorme abrazo envuelve a los diez Pancers que habíamos acudido al partido. Saltos y palmadas antes de ir a saludar a un rival que había estado a punto de darnos un disgusto después de ir perdiendo de bastante y la fiesta continuó en el vestuario. Igualábamos en victorias al equipo que acabábamos de ganar, lo superábamos en la clasificación y además nos acercábamos a los equipos que nos precedían, con algo de suerte y una buena dosis de esfuerzo podíamos quedar a mitad de tabla, algo que no debería ser un sueño si no fuera por la mala primera vuelta que hemos hecho.
A nivel personal no me puedo quejar del partido, una buena actuación en defensa tanto en el exterior como en el interior de la zona, contundente bajo el aro y cerrando bien a los tiradores rivales y en ataque pocos puntos pero importantes con un tiro libre y una canasta en carrera genial.
Quedan cuatro jornadas para que se acabe esta temporada, cuatro jornadas para seguir disfrutando del basket, cuatro jornadas para dejar cerrado el proyecto Pancers 2012/2013 y pensar en logros mayores. Las disfrutaremos al máximo y trataremos por todos los medios de extender esta racha.
GoPancers.